En la vibrante cultura alimentaria de Perú, Cirkula es pionera en el cambio. Esta innovadora start-up se enfrenta al despilfarro de alimentos mediante una tecnología de fácil acceso, dando un ejemplo inspirador.
Cirkula demuestra que la tecnología climática no siempre tiene que ser complicada para resolver los retos medioambientales, sino que la concienciación puede ser el factor clave. Con su aplicación, las empresas pueden ofrecer sus excedentes de alimentos a los consumidores, lo que tiene un impacto impresionante: ya se han ahorrado 100.000 kg de emisiones de CO2. Michelle Gomberoff, cofundadora y Directora General de Cirkula, nos explicó que el reto no era desarrollar la aplicación, sino promover los beneficios económicos y la calidad de los alimentos. La concienciación y el impacto son también las dos áreas en las que el programa acelerador de la Iniciativa CATAL1.5°T ayuda a los innovadores peruanos.
Perú es famoso en todo el mundo por su rica gastronomía, pero se enfrenta a un importante problema de desperdicio de alimentos. Michelle Gomberoff se dio cuenta de la magnitud de este problema mientras estudiaba en el extranjero: "Nuestra gastronomía, alimentos frescos y vibrantes mercados son una parte vital de nuestra cultura y economía, pero el impacto medioambiental del desperdicio de alimentos es enorme". Esto llevó al lanzamiento de Cirkula, una plataforma basada en una app que ayuda a las empresas a gestionar los excedentes de comida de forma transparente, reduciendo así el desperdicio alimentario.
A través de la app Cirkula, los consumidores pueden comprar los alimentos directamente a los restaurantes y tiendas a precios rebajados. De este modo, el intercambio resulta rentable y sencillo para ambas partes, ya que el pago y la entrega o recogida se gestionan desde la aplicación. De este modo, incluso las empresas más pequeñas pueden gestionar los residuos alimentarios de forma económica. La aplicación no sólo ayuda a reducir los residuos, sino que también hace un seguimiento e informa del ahorro económico y de CO2, creando conciencia e incentivos.
El desperdicio de alimentos es un problema importante en todo el mundo, así como en América Latina, donde la normativa es escasa o inexistente. El excedente se desperdicia en su mayor parte, contribuyendo significativamente a las emisiones de metano, que son mucho más potentes que las de CO2. Sólo en Perú se desperdician 12,8 millones de toneladas de alimentos al año, y 127 millones de toneladas en América Latina. Incluso donar los excedentes, como hacen algunas grandes empresas, supermercados y distribuidores, tiene sus problemas de regulación. Cirkula encontró una solución al problema y se asoció con estas grandes marcas para gestionar sus excedentes alimentarios y crear conciencia y responsabilidad en el sector privado. Así podrían ofrecer su solución a las empresas más pequeñas.
"En América Latina, el impacto ambiental no suele ser el centro de atención del sector servicios. Queríamos encontrar una forma de beneficiar al sector alimentario y, al mismo tiempo, promover la sostenibilidad. La marca y el posicionamiento, trabajando con personas influyentes, por ejemplo, fueron esenciales para nuestro enfoque", explica Michelle. Además, era necesario educar a los consumidores, que valoran los alimentos frescos y tenían que darse cuenta de que la comida rescatada es más barata pero sigue siendo de alta calidad. El impacto medioambiental se convirtió en un incentivo extra para ambos. Y la app de la start-up tiene un profundo impacto en el clima: hasta la fecha, ha ahorrado 45.000 kg de alimentos, ha reducido 100.000 kg de emisiones de CO2 y ha ahorrado 300.000 dólares. "Nuestro objetivo es reducir 4 millones de kg de residuos alimentarios y 9 millones de kg de emisiones de CO2 en los próximos 5 años", afirma Michelle.
El viaje de Michelle hacia la tecnología climática comenzó con la superación de la aprensión inicial: "Al principio, me intimidaba porque la tecnología climática suele implicar conocimientos científicos y STEM. Sin embargo, ver a otras personas con formación empresarial y no científica en este campo, especialmente mujeres, me motivó". Su formación empresarial, más que científica, pone de relieve que los caminos individuales pueden conducir a soluciones climáticas de impacto.
La historia de Cirkula es un testimonio de la importancia de las redes y el apoyo de la comunidad en la tecnología. "Programas como CATAL1.5°T proporcionan las herramientas, la concienciación y el apoyo necesarios para crecer. Estar rodeado de otras personas que trabajan para ayudar al planeta realmente te anima a hacer algo más grande, a saber que estás en el camino correcto hacia un cambio significativo y que no lo estás haciendo solo. También crea una sinergia entre start-ups de distintos sectores", señala.
Además de la comunidad y el apoyo, la financiación fue, por supuesto, esencial al principio de la andadura de Cirkula. La empresa, que empezó con pequeñas pero importantes subvenciones de la administración local, se acogió después a otros programas, como el acelerador CATAL1.5°T, para impulsar su crecimiento. "CATAL1.5°T profesionalizó nuestros procesos ESG, ayudándonos a seguir mejor las directrices y a formalizar nuestras mediciones de impacto", explica Michelle. El programa de aceleración ha proporcionado las herramientas y la tutoría necesarias para perfeccionar las operaciones en expansión de Cirkula.
Este apoyo ha sido especialmente crucial en una región donde la financiación para empresas de tecnología climática es limitada.
"La combinación de tutoría, financiación y herramientas proporcionada por CATAL1.5°T es significativa. Esta colaboración no solo nos ha ayudado en nuestra fase de crecimiento para llegar a la siguiente ronda, sino que esperamos que también aumente la concienciación medioambiental e inspire a otros emprendedores, programas e inversores de nuestra región."
- Michelle Gomberoff, cofundadora y consejera delegada de Cirkula
Cirkula demuestra el potencial de las soluciones innovadoras para hacer frente a los retos climáticos críticos, combinando el impacto medioambiental con los beneficios económicos. Transforman la gestión de los residuos alimentarios, contribuyendo a un futuro más verde, y desempeñan un papel importante en la promoción de la sostenibilidad en el sector alimentario y en el público.
Mientras Cirkula se prepara para su expansión en Bolivia y más allá, el papel de las redes y los sistemas de apoyo sigue siendo crucial. Estamos encantados de apoyarles en una parte de su viaje con el programa acelerador CATAL1.5°T, siendo testigos de su éxito continuado, concienciando juntos e inspirando a otros emprendedores e inversores.
La iniciativa CATAL1.5°T está financiada por el GCF, Green Climate Fund (Fondo Verde para el Clima) y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania. La gestión de las plataformas regionales de CATAL1.5°T en América Latina y África Occidental corre a cargo de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH en cooperación con EIT Climate-KIC, el Tecnológico de Monterrey, e Investisseurs & Partenaires (I&P).